Este es uno de los mitos más persistentes que hay todavía actualmente en la sociedad, a pesar de carecer completamente de criterio y lógica y haber sido desmitificado científicamente en numerosas ocasiones, por primera vez tan pronto como la década de 1920, si no antes.
También se hicieron experimentos en los 70, y recientemente hace unas semanas, aparte de otras muchas pruebas, documentadas o no. De hecho, uno mismo puede hacer pruebas. Afeitarse una pierna sí y otra no durante unos meses, a ver qué ocurre cuando el pelo crezca hasta una longitud similar al de la pierna intacta. O afeitarse el cabello de la cabeza, a ver si es verdad que se tendrá más pelo, o más fuerte (la respuesta a esto la saben bien los que sufren de alopecia, que por más que se afeiten el resultado será el mismo...).
Si fuera verdad que cortar el pelo con cuchilla, o cualquier otro instrumento, al nivel de la piel lo hace crecer más rápido, más grueso, más duro, más oscuro e incluso en mayor número (como algunos llegan a creer...), todos los hombres que nos afeitamos deberíamos tener unas barbas que no dejarían ver nuestras caras en pocos días; o las mujeres que se afeitan el vello de las piernas o las axilas, parecerían osos si no se afeitaran en unas semanas...
Sin ir más lejos, yo mismo, que tengo mucho pelo en todo el cuerpo, me he afeitado, entre otras partes, las piernas, las axilas e incluso los brazos en varias ocasiones, y sigo teniendo el mismo que tenía desde que dejé la pubertad, ni más ni menos. Por supuesto, con la barba me pasa igual a pesar de tener que recortarla cada pocos días: por más que me afeito, siempre sigue creciendo la misma.
El mito se origina aparentemente por varias razones:
• Porque al cortar el pelo, cuyo extremo natural es muy fino, se vuelve plano, corto y de un grosor similar al de las partes más inferiores, y por consiguiente parece —y solo parece— más grueso, duro e incluso oscuro al crecer.
• Al despejar la piel, parece que el pelo crece más rápido al necesitar únicamente unos días para volver a verse. Además, se descubre que hay dos o tres folículos juntos en algunas zonas, lo que erróneamente se achaca al acto de afeitarse.
• Porque se relaciona arbitrariamente que como al depilarse el pelo crece más lentamente y más fino, al afeitarse ocurre lo contrario. O porque un adolescente se afeita mucho para que le crezca una barba más importante, y en algunos casos ocurre, pero no por haberse afeitado, sino porque se está desarrollando según su genética y hormonas (un muchacho podría afeitarse cada día y no tener más que cuatro pelos si así lo dicta su ADN y su estilo de vida).
Por más que se le dan explicaciones a la gente, muchos siguen creyendo que este mito es cierto porque solo toman como referencia lo que ven, sin dedicarle un segundo momento de meditación y análisis. La falta de conocimiento es también muy relevante, porque hace a las personas más ingenuas y difíciles de convencer de que la realidad es un poco diferente a como la ven.
Un hecho que hay que tener muy en cuenta es que la piel tiene varias capas. La raíz del pelo, el folículo, se encuentra en las capas más profundas. ¡Es imposible llegar a ella con ninguna cuchilla! Lo único que puede afectar al pelo desde la capa más externa de la piel es algún mejunje con alguna sustancia que el pelo absorba, o las descargas eléctricas para depilarse, o el láser... Por más que te afeites, la raíz del pelo sigue siendo exactamente igual que antes, ningún instrumento para cortar puede cambiarla. De hecho, de la raíz hasta la capa externa de la piel todavía queda pelo, que tampoco se ve alterado por ningún instrumento cortante.
Estamos ya a unas alturas que no es admisible que sigamos teniendo este tipo de creencias, este tipo de mitos infundados y absurdos. Con el avance científico que tenemos y el nivel escolar que supuestamente estamos alcanzando (nunca suficiente, por otra parte), ya va siendo hora de que dejemos de creer en duendes y hadas. Así que podéis afeitaros sin miedo alguno, porque no os convertiréis en el yeti ni nada parecido.
También se hicieron experimentos en los 70, y recientemente hace unas semanas, aparte de otras muchas pruebas, documentadas o no. De hecho, uno mismo puede hacer pruebas. Afeitarse una pierna sí y otra no durante unos meses, a ver qué ocurre cuando el pelo crezca hasta una longitud similar al de la pierna intacta. O afeitarse el cabello de la cabeza, a ver si es verdad que se tendrá más pelo, o más fuerte (la respuesta a esto la saben bien los que sufren de alopecia, que por más que se afeiten el resultado será el mismo...).
Si fuera verdad que cortar el pelo con cuchilla, o cualquier otro instrumento, al nivel de la piel lo hace crecer más rápido, más grueso, más duro, más oscuro e incluso en mayor número (como algunos llegan a creer...), todos los hombres que nos afeitamos deberíamos tener unas barbas que no dejarían ver nuestras caras en pocos días; o las mujeres que se afeitan el vello de las piernas o las axilas, parecerían osos si no se afeitaran en unas semanas...
Sin ir más lejos, yo mismo, que tengo mucho pelo en todo el cuerpo, me he afeitado, entre otras partes, las piernas, las axilas e incluso los brazos en varias ocasiones, y sigo teniendo el mismo que tenía desde que dejé la pubertad, ni más ni menos. Por supuesto, con la barba me pasa igual a pesar de tener que recortarla cada pocos días: por más que me afeito, siempre sigue creciendo la misma.
El mito se origina aparentemente por varias razones:
• Porque al cortar el pelo, cuyo extremo natural es muy fino, se vuelve plano, corto y de un grosor similar al de las partes más inferiores, y por consiguiente parece —y solo parece— más grueso, duro e incluso oscuro al crecer.
• Al despejar la piel, parece que el pelo crece más rápido al necesitar únicamente unos días para volver a verse. Además, se descubre que hay dos o tres folículos juntos en algunas zonas, lo que erróneamente se achaca al acto de afeitarse.
• Porque se relaciona arbitrariamente que como al depilarse el pelo crece más lentamente y más fino, al afeitarse ocurre lo contrario. O porque un adolescente se afeita mucho para que le crezca una barba más importante, y en algunos casos ocurre, pero no por haberse afeitado, sino porque se está desarrollando según su genética y hormonas (un muchacho podría afeitarse cada día y no tener más que cuatro pelos si así lo dicta su ADN y su estilo de vida).
Por más que se le dan explicaciones a la gente, muchos siguen creyendo que este mito es cierto porque solo toman como referencia lo que ven, sin dedicarle un segundo momento de meditación y análisis. La falta de conocimiento es también muy relevante, porque hace a las personas más ingenuas y difíciles de convencer de que la realidad es un poco diferente a como la ven.
Un hecho que hay que tener muy en cuenta es que la piel tiene varias capas. La raíz del pelo, el folículo, se encuentra en las capas más profundas. ¡Es imposible llegar a ella con ninguna cuchilla! Lo único que puede afectar al pelo desde la capa más externa de la piel es algún mejunje con alguna sustancia que el pelo absorba, o las descargas eléctricas para depilarse, o el láser... Por más que te afeites, la raíz del pelo sigue siendo exactamente igual que antes, ningún instrumento para cortar puede cambiarla. De hecho, de la raíz hasta la capa externa de la piel todavía queda pelo, que tampoco se ve alterado por ningún instrumento cortante.
Estamos ya a unas alturas que no es admisible que sigamos teniendo este tipo de creencias, este tipo de mitos infundados y absurdos. Con el avance científico que tenemos y el nivel escolar que supuestamente estamos alcanzando (nunca suficiente, por otra parte), ya va siendo hora de que dejemos de creer en duendes y hadas. Así que podéis afeitaros sin miedo alguno, porque no os convertiréis en el yeti ni nada parecido.