Te invito a leer este breve artículo con el fin de ampliar o asegurar tus conocimientos lingüísticos, que se utilizan constantemente y conviene mucho que sean adecuados y correctos. No es difícil en absoluto; únicamente es necesario un poco de interés por la mejora personal e incluso la social.
Ya que al fin me he decidido a dedicar el primer artículo en mi bitácora al conocimiento lingüístico, empezaré con uno de los errores más frecuentes y que más nos duele oír o leer a las personas que sabemos que lo es. Se trata de las ignoradas diferencias y las confundidas similitudes entre deber y deber de. El intercambio arbitrario de estas dos expresiones es un vulgarismo relativa y lamentablemente frecuente, y, sin duda alguna, de los peores, ya que cambia el significado de las oraciones y las hace, en muchos casos, incoherentes. Para evitarlo, voy a explicar las diferencias y similitudes entre deber y deber de, empezando con algunos ejemplos:
Este debe de ser el error del que me habló Juan; no encuentro otro.
Deberías tener más cuidado con tu salud; cualquier día nos darás un susto.
El libro debe de estar en la estantería; si no está, significa que lo hemos perdido.
El libro debe estar siempre en la estantería; si no, acabaremos perdiéndolo.
• El verbo deber denota obligación.
• La secuencia o expresión deber de denota probabilidad, suposición, etc.
Así pues, la preposición de tiene mucha importancia una vez más, ya que cambia totalmente el significado del mensaje. Hay un sencillo «truco» que puede ayudar si no se sabe discernir todavía entre deber y deber de en todos los casos: la norma culta considera que es aceptable emplear la forma sin preposición para ambos significados. Es decir, si en todos los casos se omite la preposición de, pueden evitarse muchos errores. Claro que teniendo dos expresiones con dos significados distintos y diferentes es absolutamente preferible emplear la forma correcta y adecuada en cada caso; así pues, esta pequeña ayuda debe ser considerada como recurso en casos de duda y urgencia, nunca como la norma.
Para más datos, existen casos —que tienen poco que ver con lo explicado anterioremente y no deben confundirse— en los que la preposición de va después del sustantivo deber. Por ejemplo: Tenemos el deber de proteger a nuestros seres queridos.
Bueno, pasemos ya al siguiente tema de hoy. El error del que voy a hablar a continuación es uno de los más graves, pero, como casi siempre, tiene una increíblemente fácil solución; únicamente hace falta lo de siempre, un poco de interés, voluntad de aprender y comprender y respeto hacia la lingüística, los demás y uno mismo. Se trata de la diferencia entre haber y a ver. Por un momento creí que ya nadie cometía este error, pero navegando por Internet lo pude contemplar, con gran horror, repetidas veces... Supongo que se ve clarísimo que a ver es una secuencia formada por dos componentes: una preposición y un verbo, y haber es, simplemente, un verbo. La confusión entre ambas expresiones puede ser consecuencia de no disponer de comprensión ni muchos conocimientos lingüísticos. Pero todo tiene solución.
Sin más preámbulos, copio directamente de la página de la Real Academia Española, ya que lo explican muy bien:
Aunque a ver y haber se pronuncian de la misma forma, deben distinguirse adecuadamente en la escritura.
a) a ver
Se trata de la secuencia constituida por la preposición a y el infinitivo verbal ver:
Vete a ver qué nota te han puesto.
Los llevaron a ver los monumentos de la ciudad.
Como expresión fija, presenta distintos valores y usos:
• En tono interrogativo, se emplea para solicitar al interlocutor que nos deje ver o comprobar algo:
—Mira lo que he comprado. —¿A ver?
• Expresa, en general, expectación o interés por saber algo, y va normalmente seguida de una interrogativa indirecta:
A ver cuándo nos dan los resultados.
• Se utiliza para llamar la atención del interlocutor antes de preguntarle, pedirle u ordenarle algo:
A ver, ¿has hecho lo que te dije?
A ver, trae el cuaderno.
• Equivale a claro o naturalmente, como aceptación de algo que se considera inevitable:
—Pero ¿al final os vais? —¡A ver! Si no lo hacemos, perdemos el dinero de la reserva.
• Delante de una oración introducida por la conjunción si, expresa, bien expectación, curiosidad o interés, a veces en forma de reto; bien temor o sospecha; bien deseo o mandato:
¡A ver si adivinas lo que estoy pensando!
A ver si te caes.
A ver si eres más organizado de ahora en adelante.
• En muchos de estos casos la secuencia a ver puede reemplazarse por veamos, lo que pone de manifiesto su relación con el verbo ver y no con el verbo haber:
A ver con quién aparece mañana en la fiesta [= Veamos con quién aparece mañana en la fiesta].
A ver si te atreves a decírselo a la cara [= Veamos si te atreves a decírselo a la cara].
b) haber
Puede ser un verbo o un sustantivo:
• Como verbo, haber se usa como auxiliar, seguido de un participio, para formar los infinitivos compuestos de la conjugación:
Haber venido antes.
Tiene que haber sucedido algo.
Sigo sin haber entendido lo que ha pasado.
También se emplea como infinitivo del verbo impersonal que denota la presencia o existencia de lo designado por el sustantivo que lo acompaña:
Parece haber un chico esperándote en la puerta.
Tiene que haber muchas cosas en el frigorífico.
Creo que por hoy ya es suficiente...
Posiblemente ya sabías todo esto, pero nunca está de más reafirmar conocimientos y refrescar la memoria. Si no lo sabías, te animo a que mejores tu forma de escribir y, por ende, de hablar. ¡Recuerda que una persona con un buen conocimiento escrito siempre hablará bien! Además, ¡no hay nada como disponer, disfrutar, gozar y hasta presumir de un conocimiento sólido y extenso! Es una verdadera alegría.
Estoy convencido de que para lo que cuesta aprender estas cosillas —nada—, merece mucho la pena. No se trata de saberse absolutamente todas las reglas, sino de ser una persona suficientemente culta y con sentido común. No se trata de estar vigilando lo que dices en todo momento, sino de saber cómo hablar perfectamente cuando lo necesites o lo desees, y saber escribir bien siempre, de usar el sentido común.
Hay que hablar con conocimiento y propiedad para asegurar una buena comunicación y evolución de las lenguas. Hay que mantener el significado y el sentido. ¡No permitamos que nuestras queridas y útiles lenguas dejen de tener algo razonable y congruente que decir! También te invito a animar a los demás a hablar y escribir mejor.
Si tienes alguna pregunta, no dudes en consultarme o visitar la página de la Real Academia Española, en la cual se explica todo lo necesario acerca del uso de la lengua española.
¡Hasta la próxima!
Última actualización: 29 de marzo de 2013.