27 de septiembre de 2011

Tilde en este, ese, aquel...

Escribo este artículo porque estoy más que harto y asqueado de ver que la gente confunde las convenciones y hace un uso totalmente arbitrario de la tilde, sobre todo en ciertos casos. Al que me refiero es a la tilde diacrítica en este, ese, aquel y todos sus femeninos y plurales. Y no es que yo sea demasiado perfeccionista; el número de errores ha llegado hasta tal punto que la Asociación de Academias de la Lengua Española ha tenido que tomar cartas en el asunto (aunque ellos afirman que es únicamente porque esos casos de tilde diacrítica no cumplen el requisito que justifica su uso, también es porque se han dado cuenta de que todos los necios tildan esas palabras automáticamente, sean lo que sean y se refieran a lo que se refieran, sin pensar nada en absoluto) e informa y recomienda, aprovechando la publicación de la Ortografía de la lengua española de 2010 (más vale tarde que nunca), que en tales casos no se emplee jamás la tilde. Lo que adapto a continuación está extraído de la página electrónica de la Real Academia Española, concretamente de la página Respuestas a las preguntas más frecuentes:

Los demostrativos este, ese y aquel, con sus femeninos y plurales, funcionen como pronombres o como determinantes, no deben llevar tilde según las reglas generales de acentuación, bien por tratarse de palabras llanas terminadas en vocal o en -s, bien, en el caso de aquel, por ser aguda y acabar en consonante distinta de n o s.

Aun así, las reglas ortográficas anteriores prescribían el uso de tilde diacrítica en los pronombres demostrativos para distinguirlos de los determinantes demostrativos, cuando en un mismo enunciado eran posibles ambas interpretaciones y podían producirse casos de ambigüedad.

Sin embargo, ese empleo tradicional de la tilde no cumple el requisito fundamental que justifica el uso de la tilde diacrítica, que es el de oponer palabras tónicas o acentuadas a palabras átonas o inacentuadas formalmente idénticas, ya que los demostrativos son siempre palabras tónicas en cualquiera de sus funciones. Por eso, a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de ambigüedad. La recomendación general es, pues, no tildar nunca estas palabras.

Las posibles ambigüedades pueden resolverse casi siempre por el propio contexto comunicativo (lingüístico o extralingüístico), en función del cual solo suele ser admisible una de las dos opciones interpretativas. Los casos reales en los que se produce una ambigüedad que el contexto comunicativo no es capaz de despejar son raros y rebuscados, y siempre pueden evitarse por otros medios, como el empleo de sinónimos, una puntuación adecuada, la inclusión de algún elemento que impida el doble sentido o un cambio en el orden de palabras que fuerce una única interpretación.

Yo creo que no era tan difícil de comprender, pero como parece que para demasiados sí lo era, ahora se han simplificado y mejorado un poco las convenciones en esos casos; a ver quién es el que tilda esas palabras ahora...

Por cierto, lo mismo ocurre con solo: ya no debe tildarse nunca. Lo he obviado porque quería centrar la atención en lo que más conflictos y errores producía y produce —y lo que más cabreado me tiene; al menos con solo no se cometían muchos errores...—, pero creo aconsejable comentarlo también.

8 de septiembre de 2011

Tilde en que, como, cual, donde...

De este tema concreto no había explicado nada porque en la gran mayoría de casos es tan extremadamente fácil y simple que tenía la convicción de que actualmente (en el siglo XXI, con escuelas, institutos, Real Academia Española o Asociación de Academias de la Lengua Española, Internet y todo...) había ya muy poca gente que dudara o incluso desconociera cuándo deben tildarse este tipo de palabras y cuándo no. Navegando por Internet he podido observar en numerosos y variados casos que esa convicción era errónea. Incluso dejando a un lado los casos en los que por pura pereza y el añadido de una profunda ignorancia (o lo que es peor: desidia, y por consiguiente necedad) escriben como les sale de los... dedos, que por desgracia son casi todos, en los demás también suelen dudar seriamente si estos vocablos deben tildarse o no, tildando innecesariamente en unos casos y omitiendo tildes imprescindibles en otros. Es extremadamente lamentable que la gente salga de la escuela, del instituto o incluso de la universidad sin saber escribir correctamente; hasta periodistas, traductores y demás profesionales, que se supone que hacen mucho uso de la lengua para desarrollar su oficio, ignoran muchas partes necesarias de la lingüística, de las normas y convenciones e incluso de la lógica, y por tanto cometen errores que sin duda no deberían existir si la enseñanza (la de este país, al menos) fuera mínimamente buena o ellos tuvieran un poco de voluntad y vocación.

Como decía, este tema no podría ser más sencillo, así que paso a exponer explicaciones y normas, por si sirven de algo y así fuéramos acabando ya de una vez con este tipo de fallos.

Real Academia Española

Las palabras qué, cuál/es, quién/es, cómo, cuán, cuánto/a/os/as, cuándo, dónde y adónde son tónicas y se escriben con tilde diacrítica cuando tienen sentido interrogativo o exclamativo. Estas palabras, por sí solas o precedidas de alguna preposición, introducen oraciones interrogativas o exclamativas directas. También introducen oraciones interrogativas o exclamativas indirectas, integradas en otros enunciados. Además, pueden funcionar como sustantivos. Sin embargo, cuando estas mismas palabras funcionan como adverbios o pronombres relativos o, en el caso de algunas de ellas, también como conjunciones, son átonas (salvo el relativo cual, que es tónico cuando va precedido de artículo) y se escriben sin tilde.

Aunque los relativos, presenten o no antecedente expreso, son normalmente átonos y se escriben sin tilde, hay casos en que pueden pronunciarse tanto con acento prosódico como sin él. Esta doble posibilidad se da cuando los relativos introducen subordinadas relativas sin antecedente expreso, siempre que el antecedente implícito sea indefinido y tenga carácter inespecífico (una persona, alguien, algo, algún lugar, nadie, nada, etc.). Esto ocurre cuando la oración de relativo sin antecedente depende de verbos como haber, tener, buscar, encontrar, necesitar, etc., que admiten complementos indefinidos de carácter inespecífico. En estos casos es aceptable escribir el relativo tanto con tilde, reflejando la pronunciación tónica, como sin ella, representando la pronunciación átona.

Lo que se explica en el párrafo anterior puede ser lo más complicado de comprender y llevar a la práctica, pero las dudas pueden desaparecen por completo si se comprende todo lo anterior. Y es que ese es el «truco» para todo lo que se puede o se quiere aprender, comprenderlo; si no se entiende, por más que se memoricen textos, normas, reglas, etc., no se aprende y no se sabe nada.

Resumiendo: si son palabras interrogativas o exclamativas, ya sean directas o indirectas, generalmente se tildan; si no, ¡pues no! Sin embargo, ello no significa, evidentemente, que allá donde haya un signo de interrogación o exclamación deba haber en todos los casos una palabra tildada... Para mayor claridad expongo a continuación algunos ejemplos:

¿Qué tal, cómo te va todo?
¡Que no te engañen!
¿Cómo funciona el cuerpo humano?
¿Cuál es el planeta más grande del universo?
¿Quién ha ganado el concurso?
¡Quien tenga el boleto premiado que levante la mano!
¿Dónde está el libro que dejé encima de la mesa?
¿Qué tengo que cantar?
¿Que tengo que cantar?


El énfasis o acento prosódico que le damos a esas palabras puede ayudar a decidir intuitivamente si deben escribirse con tilde o no, pero hemos de recordar que no es un sistema fiable porque no es infalible, sobre todo en algunos casos concretos que pueden ser engañosos o más complejos de lo habitual.

¡Hasta el próximo artículo!

Última edición: 14 de agosto de 2013.